Si le has entregado tu amor,
no te acongojes, mujer;
conserva dentro de ti ese ardor
que siempre te va a satisfacer.
El querer nadie lo puede entender;
se incorpora sin saber la razón,
y es complicado de comprender,
pero traerá a tu vida expectación.
No pierdas tú la ilusión;
tal vez él quiera continuar
y conocerás su adoración,
aunque tarde en regresar.
Complácete por ello, mujer;
todo tiene su explicación.
No pienses más en el ayer,
y concédele tu corazón.
En tus brazos a de reposar
y sentirás su aproximación,
pero antes tendrás que perdonar,
así no habrá más decepción.
Lucharás para saberlo retener;
llevas retenida en ti mucha pasión
y no la tienes que proteger
para amortiguar esa desazón.