Recogeré mi orgullo de sus cenizas
e inventaré un camino para alejarme
de ti,
andaré esa senda que lleva al olvido,
arrastraré mi cuerpo deshecho y me iré
de aquí.
No encontraré posada donde curar heridas
que me laceran este sentimiento
que dejé esparcido en tu cara, tu pelo,
tu andar de puta,
la sonrisa esquiva, el desdén oculto,
el mezquino empleo que de mi vida
malgasté aquí
cuando cerré mi mente y abrí este corazón
que late por algo que presiente
y, ahora se,
no está en tí,
ni en mí,
sino en un pensamiento sin principio,
sin fin,
que me lleva a la nada y me sepulta
en el fango de un camino
que me habla de tí