A veces es bueno romperlo todo, comenzar desde cero; reiniciarse, perderse un poco, solo por un rato... Volverse loco, gritar, llorar, quebrarse para luego volver a unir las piezas, sentirse fuera de sÃÂ..., golpear las ventanas, los muros para salir y tomar aire fresco. Está bien no sentirse bien siempre: decirlo en voz baja, como en un lamento; altar para recuperar el aliento. Dar la cara a los miedos, las dudas. Sentirse vacÃo, en la nada, en medio del desierto: Caminar durante 40 años para llenarse y vaciarse...
¡Y pensar que duele casi tanto como si hubiera sido..! Como un casi algo.