LOS BOSQUES

Los centinelas del aire anuncian que los bosques

Inician su marcha, Hay quien descree que los arboles

caminen o el sol es una farola en el cuerno ciclópeo del gigante

que se refracta en espejos amatistas y saltan sus raíces de resortes.

Algún jinete monta dos crines a contrapelo de la vida,

sin notar que galopa en la espesura lodosa de las charcas,

en las laderas oblicuas el deshilo declina en riadas

donde el agua es entidad imperiosa que garbea descalza.

Empujada por turbinas de viento golpea rocas en abruptas cascadas,

bien se relamen del salpique el raigón de frutos con delicia 

y sus troncos de madero denso percuten sonido en las campanas.

Al compás marcial se desplazan como tropel de falanges combativas,

lasmóviles hojas tienen abrumadora solidez corpórea de hierro.

Las ramas como brazos en caleta y guadaña van abriendo senderos

hasta abordar el bello alcázar  erguido con madera fortalecida.

Allí relucen, en los muros, listones laminados del cedro,

un roble azul decora calles y plazoletas de begonias claras,

sopla el viento elásticos bambúes que vibran en resonancia acústica.

Se doblan los sauces del llanto y el agua humecta la sombra.

Carnaval y velada, verde primaveral en flor, cañaveral

en derroche de melaza, pinares, bodega de trementina laqueada.

Conglomeración de pictóricas acuarelas, fascinante imagen de naturaleza viva.

Los bosques son creación que oxigena límpido respirar

cuando la mano  lunar toca vigentes estrellas que al cielo enaltecen.

Oh, ciudadela de velo relente, frescor que al pie del árbol crece el elemento vegetal.

Al reposo te entregas, díscola tolvanera, tan abierta como las ramas de la copa.

Donde alegres ruiseñores exhiben su guapura en sinfónico cantar de alondras.