Patria amada silvestre

Ahora que me marcho,
que ando sin pensar,
y me arrastro
porque no puedo mirar atrás;
veo el cielo, las nubes
y los relojes girar;
veo la oscura noche
apartarme de tus labios.
Lloro por las noches,
sin que me oiga nadie,
suspiro para que llegue
el día que sonría con eterna alegría.
Mas el crepúsculo mi frontera
la muralla que me priva,
la cárcel que me engaña,
la luna que se burla.
Y pierdo los deseos
de saludar a la vida,
rompo la pócima de la juventud
y me alío con las sombras,
para matar a Cupido,
cual rauda flecha disparó
hiriendo en mi pecho,
para dejarme la mella
que a tus ojos perezca.
Contento estoy de marcharme,
triste estoy de alejarme,
Cupido con su engaño
me ha dejado un agrio gusto,
a una amarga derrota.
Escarcha en el pelo
y miel el sudor de mi cuerpo;
creo que lo pierdo,
que abandono mi tesoro
que lo dejo en la tierra de nadie
para irme a la llamada bota.
Este tiempo del infierno
que de tu lado me aparta
me susurra al oído:
"has perdido por idiota".
Por eso me lamento,
cuando me levanto
y acuesto, maldigo la tierra que quise
ver con tanta fuerza.
Sino quieres mis caricias,
mis abrazos, mis mejillas,
con un puñal lacera mis nervios
porque tarde o temprano
querrán, dejarse llevar
por las olas de la vida,
que mi cuerpo cansado tiene
y mi boca seca muere.
Me marcho con la sonrisa
que me da tu empresa
por tener ganas de verme,
por tener ganas de besarme.
Abandono alegre la tierra
que me dio calor y testa,
que alzó cual hombre soy,
que floreció toda mi belleza;
no es grande, ni mundana
el atractivo de mis caderas,
pero es sincero cual libro
en los versos y palabras que digo.
Te repito con estos
mis sentimientos forjados,
en los días pasados
que tus labios han marcado.
No solo tus labios me dejaron
perplejo y deslumbrado,
también lo fue querida
la sombra de la despedida.
Así en la soledad
cuenta me di, que eras
mas que caderas y piernas
mas que lino y belleza.
Necesito tus labios besar
como los peces el aire,
al no poderte ver,
en segundos que quisiera.
Que la noche arroje un cometa
contra mi cuerpo cansado,
si miento en la necesidad que tengo
de estar por momentos a tu lado;
mas como no es posible
que me falle el riego en acto
si no es cierto que eres
la luz de mis deseos y pecados.
Volveré con la idea de verte,
pensando en ti en el viaje,
pensando en volar de noche
para estar a tu lado,
darte miles de abrazos,
miles de atenciones silvestres.