Los dias valen poco,
quedan las miradas,
sonrisas,
alguna ilusión que cruza por el cielo,
como una suave caricia,
ó un te quiero,
que susurra como las hojas,
al caer en otoño.
Pero los dias,
esa amalgama de tiempo
que nos rodea,
con sus vacios,
valen poco,
sino los rellenamos de amor,
de sorpresa delicada,
de algo de alegria,
como pasos que descubren la luz,
y sueños que adormecen la luna.
Extraño el paso del tiempo,
ese andar a ninguna parte,
solo roto,
cuándo intentamos pararlo,
abrazarlo con nuestras manos,
dejando en el la vida,
aunque se esfume como el humo,
y nos cobre un precio,
por los recuerdos y los silencios.
Poco valen los dias,
el paso del tiempo,
sino lo llenamos de amor,
de besos,
y de caricias misteriosas,
que con su maravillosa eternidad,
nos crean primaveras,
aún en el más frio de los inviernos.