Quiero, lo digo con toda el alma:
un río, lleno de peces en agua cristalina,
de melodía, plena de serenidad,
de ternura que tenga cautivos
a los poderes destructivos de la tierra.
No lo niego: quiero que el mundo
se repueble de selvas y de flores;
que canten los pájaros a cualquier hora
y brinquen los animales y vuelen las aves
surcando el espacio azul de la vida.
Quiero, por qué decir otra cosa,
que la brisa enseñe al ser humano
cómo moverse sobre la faz de la tierra:
sin dañar a nadie y envolviendo a todos
en ternura, en calma y en frescor.
Quiero, no puedo pedir otra cosa,
que la sonrisa sea el color de la cara
sin importar la raza, ni el estatus;
que en cada parte del universo
ame el corazón sin intereses.
Puedo decir tantas cosas que quiero,
pero no quiero cansar tu mirada ni tu mente;
me basta con que quieras, también:
cuidar la vida, sembrando el respeto
y cultivando la paz, el amor y la dicha.
De Flaminio Benítez Ortiz, ocd
Paraguay, 2014