¡Te esperarè con un vino espumoso!
le dije mientras se iba,
¡La noche serà de llamas!
pensè, mientras ¡tu reias!.
Pasaron las horas ràpido,
la media noche ya se acercaba,
muy bañadita y perfumada,
en mi alcoba yo te esperaba.
sonò el telèfono y me dijiste,
que esta noche no llegarìas,
sentì de pronto melancolìa,
pues la gran noche, desvanecià.
El vino tinto, muy frio estaba,
fuè esa noche, mi compañìa,
me hizo olvidar, el rato amargo,
¡aquel desprecio no merecìa!
La suave cama, ya me esperaba,
y lo espumoso del vino aquèl,,
me hizo olvidar de quel desprecio,
tomè otra copa y brindè por èl.