A la amada de ojos aun incoloros

¿Por qué me tuve que enamorar de una mujer de ojos azules y de una mujer de ojos verdes?
¿ Acaso no amo el color pardo que pisas en la
tierra y que se pega a los ojos de la mayoría de las españolas?
¿Acaso me parecía que sólo podías amar el mar en sus ojos verdes, en esa mujer francesa que lleva nombre de playa?
¿Acaso quería volar en ese cielo azul turquesa, simplemente contemplando, horas y horas, aquellos ojos azules?
Mira, mi amada de ojos aún incoloros, qué bellos eran sus ojos y qué claro ciego mi corazón.
PROFUNDOS( ojos azules)
Puedo amar ojos más profundos que la honda noche.
Y quizá verme envuelto en tu azul luz de sirena.
Tras tu velo turquesa, bebo paz de un venero…
Tu boca me despierta. Tu risa desconcierta:
respira la alegría del día que declina.
Tienes risa de arroyo danzante en primavera:
tus labios ya me arrullan como a un tierno nenúfar.
La tarde no te espera. La noche ya se acerca.
Tú no te muevas; inmóvil. No enciendas el móvil.
Tu belleza… oscura. La luna… una vela.
La cuna de la luna es una runa que abruma:
mece el misterio que se oculta en la oscura bella.
Puedo amar ojos más profundos que la honda noche.
Y reflejarme en tus pupilas de luna fiera.
Tienes tus ojos despiertos, tu rostro dormido.
Por tus ojos desvelas, por tu rostro deseas.
En tus ojos leo un sueño de añil tul tejido;
en tu rostro se agita, bella, tu vida plena.
Poco a poco se enciende la blancura en tu rostro:
dos estrellas se arropan de azul en tu ribera.
Puedo amar ojos más profundos que la honda noche,
más profundos cuanto más me hundo en tu azul belleza.
MIRÉ LOS OJOS…(ojos verdes)
“Miré los muros de la patria mía
si un tiempo fuertes, ya desmoronados…”
( Francisco de Quevedo)
Miré los ojos de la amada mía
si un tiempo claros, ya en gris empañados
por la niebla que oscurece a su amado
y enturbia la esperanza que vertían.
De niña sus esmeraldas lucía
sumergidas en rayos plateados,
y yo buceaba en el mar lunado
de la noche, para alcanzar su día.
Pero la otra noche, ¿por qué era noche,
noche oscura, cerrada sobre mi alma?,
¿dónde se fue la ilusión en derroche?,
¿dónde estaba el desbordar de su calma?,
¿qué brillaba en ella sino un reproche
que, sin querer herir, ya me desalma?
Desconocida, miro tus ojos incoloros
y espero que los vayas ya pintando
de tus sonrisas besables,
de tus auroras indómitas,
de crepúsculos lunares,
de lunas fulgurantes,
de un arco iris en la lluvia
de tus agujeros negros.