LOS VERGELES

Exuberante flujo el vergel
por el que se marchita nuestra vida.
La mía, una osamenta derruida
La tuya, preservada en capitel.
Rompiendo el cáliz, cárcel del clavel
Y la crisálida, presa en su guarida,
escapa y aletea confundida
y en las entrañas se hace un cascabel.
Amo esa sensación sobresaltada,
la euforia que produce lo que amo,
como una caracola de color.
Quiero apretarme al pecho de mi amada,
obviar su nombre siempre que la llamo
Y en el delirio, llamarla solo amor
Las Tablas, 29 marzo 2024