Sabía que aún la quería.

Nos cruzamos en la calle
que lleva al supermercado,
ella me miró mimosa
yo miré para otro lado.
Ella siguió su camino
sin saber que había cruzado
con el mío su destino,
aunque ahora quebrantado.
Ella seguía casada
y yo seguía casado.
La cabeza ambos volvimos
al mismo tiempo, y la vi,
como volvía hacia mi
al mirarme allí plantado.
Me dijo que aún me amaba
le dije; no te he olvidado,
tú sigues siendo mi amada
contestó:-Tú eres mi amado.
Nos miramos con dulzura
y Dios quiso de repente
que un beso diera en su frente
con mi más dulce ternura.
Y lleno se sentimiento
le dije.- Amor ya sabía
en que llegaría el día
de este puntual momento,
para decirte que te amo
como ya te amara ayer,
y con el alma te llamo
para vivir tu querer,
que tiernamente reclamo
de ti mimosa mujer.
Y en sus ofrecidos labios
un beso pude plasmar
dijo:- Jamás te he olvidado
ni jamás podré olvidar
lo mucho que yo te he amado
y lo que te voy a amar.
El poeta
desconocido.
5/8/013