Mas tú, oh hombre de Dios, huye
de estas cosas, y sigue la justicia,
la piedad, la fe, el amor, la
paciencia, la mansedumbre.
Pelea la buena batalla de la fe, echa
mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo
hecho la buena profesión delante
de muchos testigos.
Te mando delante de Dios, que da
vida a todas las cosas, y de Jesucristo,
que dio testimonio de la buena
profesión delante de Poncio Pilato,
que guardes el mandamiento sin
mácula ni represión, hasta la aparición
de nuestro Señor Jesucristo, la
cual a su tiempo mostrará el
bienaventurado y solo Soberano, Rey
de reyes, y Señor de señores,
el único que tiene inmortalidad,
que habita en luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha visto ni
pudo ver, al cual sea la honra y
el imperio sempiterno. Amén.
A los ricos de este siglo manda que
no sean altivos, ni pongan la
esperanza en las riquezas, las cuales
son inciertas, sino en el Dios vivo,
que nos da todas las cosas en
abundancia para que las disfrutemos.
Que haga bien, que sean ricos en
buenas obras, dadivosos, generosos;
atesorando para sí buen fundamento
para lo por venir, que echen
mano de la vida eterna. 1 TIMOTEO 6:11-19