Amor de mis amores, eres mí idolatrada,
por esa razón, esta noche te traigo mi canción,
tal vez la poesía, de errores está plagada,
en esto no me dedico, no es mi profesión.
Mis humildes versos, a nadie le causan daño,
en ellos quiero decir, cómo puedo querer,
en mi vida ya madura, tuve muchos desengaños,
pero en tu belleza natura, amor, vuelve a renacer.
Te hallé, y parece que hace tiempo ya te amaba,
tu persona me fascina, y me alucina de verdad,
deseo llevarte al altar, antes las luces sagradas,
mi vida tendrá luz, y dirá adiós a la oscuridad.
Como un siervo seré, también siempre tu amado,
a pesar, en libertad aprenderemos a vivir.
Renovaremos nuestra vida, olvidando el pasado,
Haré todo lo posible para no verte, nunca sufrir.
Los años, tu hermosura interior no cambiará.
A tu lado espero encontrar la dicha infinita,
pues de mis labios alabanza, siempre oirás,
te entregaré este inmenso amor, mujer bendita.
Juntos, seguro encontraremos, la pista dichosa,
entonces te acordaras, de este bardo cantor,
que ayer y siempre, en tu verga, con alma fogosa,
expone sus versos, hechos, novela de amor.