Mujer, no supiste darte
cuenta a su debido tiempo.
Pensaste que era un agrado
que te desearan sin coto,
que quisieran que vivieras
en un mundo apasionado.
Y hoy tu corazón roto,
te demuestra sin mesura,
que has sido, solamente
por ende y añadidura,
algo que ilusoriamente,
te convirtió sin pensar,
sólo en objeto sexual.
Y lloras tu desventura,
con la férrea decisión,
que no habrá palabra alguna
que pueda llegar a darte,
una total convicción
para obrar de tal manera,
y entregues tu vida entera,
al sosiego y la razón
® Susana Valenzuela
26-07-10