En él los deseos son como pesadillas,
en la realidad llora sus penas,
como fluye sangre por sus venas,
así corre lágrimas en sus mejillas.
Escribe lo que un día pretendió ser,
farsas inútiles, deseo incumplido
se aglutina en su corazón afligido.
Ambula con los sueños sin florecer.
Ahora ya vencido aquel hombre,
en él llorar, se hizo costumbre,
será hasta que su vida se consuma.
A la vista vive como sin trauma.
Muy lejos se marcharon sus amores.
Tal vez fue feliz, solo son rumores.
Autor: Alcibíades Noceda Medina