Emanas sutiles efluvios
que envuelven mis sentidos,
con tanta intensidad,
que anidas fulgurante
en mi instinto romántico,
De presencia etérea
y de formas única.
Tu corola es tan delicada
como el plumón de un polluelo.
Tu perfil sin igual es bellísimo.
Sacudes tus pimpollos caracoleados
y exhibes tus suaves pergaminos,
como crisálida de mariposas
que despiertan a la luz del amanecer,
invitando a que te admiren.
Mientras esparces aromas
que invaden el cielo,
haces soñar con cadencias
los tiempos de baúl;
que el corazón encierra.
Como un cofre esencial…
tu presencia volátil,
bañada por lágrimas de rocío
que la noche dejó caer.
Guardas rayos azulinos
de alguna fugaz estrella,
que te iluminó el camino,
bajo el cielo que te guarda,
hoy eres flor de ámbar
el corazón de mi jardín. Mecha Foderé