A mi amada empieza a vérsele su retoño;
salta mi corazón de gran gozo por esto,…
parece habérsele complicado en otoño,
la situación ahora me es indigesto.
Las lágrimas son continuas en sus ojos;
se lamenta y sufre por su suerte;
todo el rostro se le pinta en rojo
y marca en su pensamiento la muerte.
Quisiera morir hoy mismo –decía-
porque le diagnosticaron un mioma;
“esta cosa en nada lo quería”;
“quisiera que todo fuera una broma”.
“La verdad es que estás embarazada
y necesitas más cuidados” -le dije-
“recuerda que por tu hijo serás amada,
ahora ámalo y lucha, él te lo exige.
“He puesto todo, todo de mi parte”
-comentaba- “no sé en qué he fallado”;
“piensa que esto es tu mejor arte
– le expresaba- “en poco habrás triunfado”.
“¿Cómo triunfar si ha dicho el médico
que el bebé se encuentra atravesado?,
¿No es pues algo muy tétrico?;
“ no te alarmes”, -le digo- “estaré a tu lado”.
Sin embargo, me dolía esa expresión:
“El bebé aún esta atravesado”
el médico no sabe que daña mi corazón,
al decir que mi sangre no está acomodado.
Corro a preguntar desesperado al mundo
“¿Será que tenga que ser por cesárea?”
“Dios arregla las cosas en un segundo” -decía mi madre- “la cirugía , no es necesaria”
Ese comentario alegró mi alma
y a ella le brindó ánimos de seguir…
encontramos en ese instante la calma,
reímos y olvidamos todo el sufrir.
Llegando al octavo mes y medio,
realizamos el último ultrasonido,
después de esto no hay más remedio,
el resultado está ahora definido.
“El bebé está acomodado” –el doc dijo-
“llama la atención el cordón umbilical, pero pronto nacerá tu buen hijo,
sea por cesárea o a lo natural”.
La duda me empieza a incomodar,
la cita es hasta marzo tres;
“otro problema no creo soportar
– argumenta ella- “me gana el estrés”.
Acudimos a la fecha marcada,
el bebé nueve meses cumplía: “Ella se quedará hoy internada
– decían- “mañana estará en cirugía”.
“¿Por qué me internan si estoy bien?”;
“señora, usted tiene un problema”;
“Mi hijo se mueve, su corazón late también”;
“el cordón umbilical nos ha puesto en un dilema”.
¿Cuál es del embarazo la situación crítica?
“El bebé tiene el cordón enredado en su cuello,
ella no podrá tener normal, eso lo complica,
debemos intervenirla” –dijo el doc Mello-.
Al oír esas últimas y certeras palabras,
no hallé más que decir y quedé pensando:
“Si yo fuera mago, la curaría con abracadabras,
mas solo soy un humano, entonces estaré orando”.
“¿Señor, es necesario esto sufrir?;
castiga nuestras faltas y ofensas,
mas a la criatura deja vivir,
perdona Dios estas circunstancias”.
Confío en hallar la tranquilidad,
en que Señor, Dios Todopoderoso,
brindes a mi amada la felicidad
y llenes su alma de gran gozo.