Bien sabes que te quiero
y que en el infinito de tus ojos
podría gastar la vida
como el cielo que no piensa en la muerte.
Tanta vida, y alza el mar su bandera
de olas destacadas, olas
que nacen impetusosas de ti,
que se funden en tu boca.
Bien sabes que te quiero,
y que he andado por largos caminos,
errando el sueño, lejos de mi mismo,
antes de encontrarte a ti.
Te quiero, lo sabes, te quiero...
Yo soy un pedazo de barro
cocido en el fuego indomable
que brota de tu pecho ardiente.
Yo soy la mitad de la luna
y tú la otra, tú eres el sol
que da vida a la aurora bella
y que saca de la ceguera
a este corazón
que es tan tuyo
y tan mío.