Con ojos entrecerrados sueño,
como olas del mar, bañan nuestra piel...,
y algas marinas, nos acarician suavemente,
mientras gemidos de amor,
se escuchan por doquier...,
Y... ¡es que casi siento...!,
¡La pasión de tu bronceada piel!,
haciendo que la palidez de la piel mia,
se vuelva a ti, entregandose ¡vida mia!...,
¡En las fauces de tu querer!,
Y luego envueltos en pétalos finos,
aromados con nuestro querer,
ser dos corazones unidos,
dos cuerpos deseosos, de amor y de placer...
Y así poder renacer en tus brazos,
al amor que nunca fue,
sintiendo el tronio, de tu insaciable sed ,
haciendo de mi, en un sublime instante
¡¡Tu amante fiel!!! ¡Tu mujer!!