Madre silenciosa

Oh, Madre silenciosa

por tus labios derramas la baba

que baña tu boca

con tu delicado y dulce aliento.

Oh boca

que suspiras las anhelada montañas

de tu querida Cantabria,

pura, trémula y muda

quedaron los labios de fuego,

mientras duermes la luna te acompaña

como un velo que acaricia tu frente.

Y en tu jardín el rocío y la escarcha

hacen brillar las dalias,

las hortensias bañadas de fragancia

acompañan esmeraldas

al frescor de las gardenias, violetas y peonias.

Oh, madre mía

misteriosamente siento tu corazón

como un beso,

siento el latido recorrer las profundidades del olvido

donde todo ha quedado sentido

como el tren de madera vivido

con amor en tu juventud de amorío.