La tarde ha sido de oro

La tarde ha sido de oro,
Las hojas de los chopos Relucían como mínimos faros,
Alumbrados por el sol de otoño.
Yo no quiero ver la luz vencida
Por el sueño de la estación.
Quisiera que fuera eterno
Este delcinar melancólico.
Que liviano existir otoñal
Todo cae maduro de gravidez
Como las hojas, como los años,
Como sobre todo la luz del sol.
El amanecer mañana será dorado
Piaran las aves y cantara el gallo
Anunciando un hola tras un adiós.