Madrugadas rotas.

Madrugadas rotas y vanas esperanzas
dentro del cauldal que tus ojos imaginan,
esperas en vigilia, sedientas de venganza
que mueren en intentos de manos peregrinas.
Madrugadas rotas sin el perfume atrapante
del descanso hostíl que sienta precedente,
soledad que hiere los versos en constantes
hilos de inquietud que pululan en mi mente.
Madrugadas rotas y el sabor de tus ausencias
de todas las forma que imaginen mis horarios,
agujas de reloj que inmvierte mi paciencia
y cae en el destierro de aquellos calendarios.