Oscuros sueños.

Todas las noches duermo
perdiendo monstruos grises y bellezas terrenas,
que se ocultan
tras ríos
de sangre negra
escondidos
en un agujero estelar.
Ellos,
se alejan
de puntillas
sobre corredores
de fucsias margaritas
y de musgos heliotrópicos
perdidos entre la bruma
de un sol azul y un mar café.
Agonizantes, en tiempos incomprensibles
en voces agudas
que estremecen mis sienes.
Las hadas
con sus narices de brujas
los enanos
con su estatura mediana
y el prado rojo
con una alfombra de mugre
(que sonríe al que pasa)
y llora a un tiempo
como el niño
que nace.
El cósmico mundo
que pisaron
mis huesos
sin carne,
se ha desvanecido
junto al amanecer
en una tarde.