Se escucha el olor de la guerra

En una amenaza que insulta

De invasores e invadidos

Y otros que acompañamos

Porque somos los gregarios

De un gran equipo sin nombre

De una gran cadena suicida.

Sin ilusión ni sabores.

Donde expira el sentimiento.

La verdad es la gran quimera.

Donde una simple linea.

 Puede ser el infinito.

Donde la tinta esparcida.

 Está clamando a la audiencia.

Como la sombra de un grafiti.

Al que nadie quiere observar.

Cundo nos muestra sus realidades.

Pero estamos ciegos a entender.

El gran peligro en que estamos.

Donde circula un caminante.

Que va atisbando los disgustos.

Las diferentes bagatelas,

 de avisos publicitaros.

Carcomidos y exiliados

Allá con las telarañas.

Con orgias de la política,

de una una cesante campaña.

Que no hizo caso a las protestas.

Hoy la discordia amenaza.

Malestar en nuestro mundo.