Entre perdidas y revoluciones.

Te conocì militando en las libres

pasiones que el alma en tus ojos despertaba, 

con las banderas de la revoluciòn sensible

que las armas a voces solian penetrarla.

Te conocì en las bases de las luchas callejeras

y en las rebeldes cercanìas del fusil inmaculado,

con la frente bien alta transitando las veredas

o en los montes de las balas de cualquier enajenado.

Te conocì arengando las verdades de Guevara,

leyendo a Walsh, a Soriano y a Neruda,

buscando en mi pecho las razones de un mañana

y el presente intacto de ideales y de dudas.

Te conocì amando mis frentes parcelarios

mis doctrinas vagas, mis otros parlamentos,

te conocì curando mis heridas entre varios

absurdos indicios de torturas y tormentos.

Te conocì mujer y mujer me deslumbraste

con tus verdes ojos de llantos transumantes,

con el òleo fino del artista que pintaste

entre telas sucias y pinceles ignorantes.

Te perdì una tarde con la sangre en tus entrañas

con nuestro hijo en tu vientre abrazado a tus instintos,

absurda manera de morir sin las montañas

que soñàbamos tener y nunca conocimos.

Te perdì y aùn hoy, al paso de los años

te busco en cada esquina recordando tu mirada,

formas de extrañarte entre tantos desengaños

paisajes interiores, que no me dejan nada.