DULCE COMO UN DURAZNO

Sin temores, ni titubeos amor mío,

me entregó a ti a tus deseos porque,

quiero que con tu semen inundes,

la excitante corola de mi sexo que,

ahora está todo humedecido y

rosado casi rojo como las fresas por, 

la excitación que me producen las,

caricias de tus manos en mi cuerpo.

Necesito amor que bebas de la copa,

de mi sexo el licor seductor de mis,

placenteros néctares cuan ambrosia,

corre sobre mi piel mojada o mi sexo,

calenturiento y mojado por sensibles,

fluidos muy calientes como cuando,

el fulgor del fuego nos quema.

Robando quejidos a los más dulces,

gemidos sordos llenos de dulzura y 

placer cuan duraznos maduros que,

colorados como la grana ya se encienden,

como la lava de un volcán a punto de,

entrar en erupción mientras el cielo se,

pone rojizo cuando por el horizonte el sol,

intenta esconderse hasta el día siguiente.

¡Bésame amor mío hasta la ardiente noche! 

Mientras tus elixires del delirio y 

los néctares de la pasión del amor,

se derraman por mi ansiada boca que,

se siente embravecida como un huracán. 

Tu hermoso y esbelto cuerpo de ninfa,

se contorsiona sobre la cama cuando, 

sientes los incontrolables espasmos.

 

Deliciosos espasmos de placer al sentir,

en tu cuerpo como se acerca a tus entrañas,

el más excitante orgasmo donde tus,

gemidos de placer se elevan a lo más remoto,

de todos los celestiales cielos del amor. 

Nos fusionamos el uno con el otro como,

dos fieras salvajes estallamos en mil fuegos,

ardientes y llenos de fogosidad.