Cadenas de hielo, cual jardines de piedra
versos gélidos de manos desaforadas,
contenciones falsas sin que nada se pierda
donde el dolor desfallece a cada alborada.
Gritos y susurros, que a héroes combatientes
les pesa el olvido de algún negro funcionario,
que tras un escritorio firma y pretende
traerlos de vuelta de su valiente itinerario.
Soles del sur, gatillan sobre sus condenas
los ogros silentes de un mundo que les pesa,
niños aún, que dan la vida y no se apenan
de morir combatiendo contra una cierta realeza.
Malvinas en le alma, y en la piel la marcada
obsesión de unos locos, sicarios y hambientos,
que mueren de a poco sin voltear sus miradas
para pudrirse las tripas y sentir esos vientos.