Para poder contarle al viento,
sin que escuchen las ruines gritas del silencio,
ni el ombligo espeso y
elegante del bosque eterno.
Adelgace mi voz y ceñí mi palabra con pasión de laurel
en el cinturón de la hojarasca.
Para contarle al viento:
¡ Mi corazón yace enamorado ¡
Si mi voz pudiera,
encontrar la palabra perfecta, y el tono preciso.
Al cenit, donde los grillos callan, y
la brisa se aleja, te diría: ¡ Mia ¡
Mi risa de lámpara te segaría el alma, y
los celosos gatos del ocaso, rabiosos de ira se enterrarían.
Hoy, mi corazón bebe la orilla de tus labios,
la sed voraz trepa en hiedra por mi espalda, y
mi lengua de espanto se tarda, en tartamudez de loro borracho.
Al mirarte se quiebra mi canto.
Si te escucho se rompe la palabra, y caería en tu red de cazadora.
Si mi voz pudiera,
En la gravedad de la noche, iría al secuestro de una estrella, y
con ilusión de primavera te vestiría.
Si mi voz pudiera, cantaría que eres Mia.