Mandobles

Tu apostura de silueta que la borrasca acaricia,
desvaría mis sentidos cuando te observo en silencio.
La noche se mese lenta!
Sobre mis cabillos cae mustio tu cabello difuso.
En el quedo de la noche
el éxtasis eterno de tan sólo un momento fugaz
arrulla con caricias la dicha pura y placentera!
El embeleso de tus labios que en instantes franquea mi cuerpo;
lo vuelve Belcebú, lo exulta lo estremece
Mientras la noche estrellada nos observa coritos,
nos volvemos mandobles a duelo que brillan en la obscuridad.