Quise decirte sólo palabras
inmaculadas llenas de perfume,
porque tu corazón es un magnolio
injertado de espejos transparentes...
Quise encontrar olimpos habitables
inmaculados para nuestros sueños,
porque tú eres mi diosa, diosa mía,
con quien comulgo por siempre jamás...
Quiero alcanzarte, estrella que me alumbras,
y llevarte por sendas misteriosas,
llevarte de la mano por nenúfares
inmaculados, frágiles de niña...
Quiero permanecer siempre a tu lado:
inmaculada canción de flirteos,
requiebros de locura y de pasión...
Y que tú siempre estés cerca de mí.