Mari: ya me cansé de hacer sonetos
y no sé si entre tantos, uno vale.
Lo intenté y venga y venga y dale y dale
y hasta eché a la basura mil bocetos.
¿Para qué revelarte mis secretos?
Es, quizá, porque el alma se me sale
en cuartetos que esperan se les tale
para darle su espacio a los tercetos.
Y aquí estoy, adentrado en el primero
de estos tristes tercetos y al segundo,
me doy cuenta, cariño, que te quiero
con amor tan intenso y tan profundo,
que en el último verso sólo espero
un soneto que nace moribundo...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC