Como el cántaro desborda
el agua fresca y cristalina,
así se desborda mi alma,
desborda mi corazón,
con esta nueva ilusión
luminosa y diamantina.
Se derrama mi pasión
sobre los bordes del tiempo
y recorre el firmamento
en una cascada de sueños
buscando a tus ojos, dueños
de este sacro sentimiento.
Se me desborda el momento
de entregarte el corazón
dotado de nuevas alas
que eleva el vuelo, impaciente,
este corazón ardiente,
rebelde, desenfrenado,
cuyo amor se ha desbordado
hacia ti con furia creciente,
tiernamente enamorado.-
Eduardo Ritter Bonilla