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Defecto
Poema
Categoría: Amor

Marianela...

¡Marianela! ¡Marianela!
Mi voz es una plegaria gastada,-¡débil ya!-
entre el ramaje vaporoso del sombrí­o bosque.
Los abedules del arroyo dicen tu nombre,
y lo lleva entre sus pliegues el agua...
(¡O eso creo yo...! Que escucho en el insondable
despertar de mi mente voces dispersas de seres imprecisos).
¿Dónde te escondes Marianela?
¿Dónde tu voz da solaz al pí­fano ruiseñor?
Siempre quise hallarte y descubrirte
y desorientarte y enamorarte.
Pero el bosque me devuelve el silencio.
Sólo el eco de tu nombre en derredor
va agitándose sobre las copas de los pinos.
Entre los sauces llorones del atardecer tardí­o
apareciste esa noche en la bruma desvaí­da
y rumorosa del ocaso fiel;
galopando en un carrusel de sedas blancas, transparentes
-(olejaje marino que envuelve al velero
que está a punto de zozobrar en la agitada tempestad);
apareciste y me miraste y me invitaste
a mirar a la Luna en el calvero hasta el amanecer;
y allí­ cantaste una canción, bella canción
de historias tristes de amor que se van con el murmullo del rí­o
y el canto de los grillos y de las ranas.
¡El mundo enmudeció en tu teatro y el tiempo
posó su reloj inexorable sobre la verde hierba y escuchó...!
Marianela te llamabas, eso dijo tu cantar.
Tu garganta era la lira mágica con que Apolo
buscaba en suaves tardes divina inspiración.
Un ramillete de poemas tu cuerpo
elevado al Parnaso del candor.
Y tus manos eran palomas de anchas palmas
entrelazadas en los lirios de la luna
que subían y subían hacia el cielo
bruñidas de bronces y de aceros claros
en el mágico aire de pentagramas blandos.
Y tus ojos... ¡no sé describir tus ojos!
Vago desde entonces sin sentido
en el entramado laberinto del bosque ciego
y juego con la locura alguna que otra partida de cartas
de la que nunca espero la conclusión
-(así­ es que no sé si gano yo o gana la locura)-,
esperando hallar una huella de tus leves plantas
impresa en un descuido sobre la fina hierba o el frí­o lodo
en la ribera enamorada donde lloran tu ausencia mis párpados.
¡Marianela! ¡Marianela!
¡Sal de tu cueva o de tu ánfora de genio y dime
si recuerdas -¡tan solo dime eso!- si recuerdas mi nombre!
pio espejo 13 mayo 2006
Datos del Poema
  • Código: 267098
  • Fecha: 13 de Mayo de 2006
  • Categoría: Amor
  • Media: 5.98
  • Votos: 153
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3,184
  • Valoración:
Datos del Autor
Autor Destacado Nivel: 1
Nombre: pio espejo
País: EspañaSexo: Masculino
Fecha de alta: 12 de Abril de 2006
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