El confesionario

En un pueblo pequeño
había una iglesia
que administraba un joven
y simpático Sacerdote,
todas las mañanas
asistía en el confesionario,
donde fieles confesaban
sus pecados y el era
de los mismos, el depositario,
una jovencita muy
hermosa siempre se
acercaba a la garita,
con el fin de admirar
al confesor del que estaba
perdidamente enamorada.
-Ave María Purísima
-Sin pecado concebida
-dime tus pecados
-Padre acúsome de pecar
Con el pensamiento
-a ver explícate mejor
-es que estoy enamorada
de un hombre encantador
y aunque estoy ilusionada
nada me pudo pasar peor,
-el amor no es pecado
si es sincero y limpio
pues es un Don de Dios
-pero el mío es desafortunado
pues es un amor prohibido
-acaso es hombre casado?
-no, pero está ya comprometido,
pero es que es tan apuesto
y todo en el es muy agraciado
-pero si el ya tiene compromiso
ya no pienses mas en él,
y a tus deseos y pensamientos
debes de hacer caso omiso,
-si me acuesto pienso en él
si me levanto pasa lo mismo
UD. nunca se ha enamorado?
-la que viene a la casa de Dios
a confesión eres tu, no yo,
-pero no me ha contestado,
y después de largo silencio
el sacerdote así respondió
-lo que te voy a decir es parte
de la confesión no lo puedes
repetir, no es comentario aparte
Si, yo también estoy enamorado
Pero eso para mí está vetado,
El Padre a través de la ventana
Veía a los hermosos ojos de ella
De la que el también estaba
Y en silencio, muy enamorado -como es ella, la conozco?
-sí, y muy bien, es como tú
una mujer sumamente bella
alegre y todo en ella encanta
como tú, su pelo es rizado
como el tuyo, y a mi fe quebranta,
-Padre acaso sabe su nombre
-si, se llama igual que tú
y el solo verla me recuerda
que también soy hombre
con ilusiones y sentimientos
-y se lo ha dicho acaso?
-no, pero ahora se lo voy a decir,
se que mi carrera es un fracaso
pues en el corazón no se manda
y mejor ahora y no luego sufrir.
Lo que tengo que decirle, lo diré
pero no aquí, espérame afuera
de la iglesia y sabrás
lo que a ella le voy a pedir
pues nunca mas lo callaré
-Padre no me da penitencia?
-no, sin pecado no hay pena,
pasados unos meses hubo
unos cambios, la iglesia
nuevo sacerdote tubo
y los fieles continuaban a diario
yendo a misa y a descargar
sus culpas en el confesionario.
Autor de la Poesía: Gualberto Alcántara Olalde