Cada noche te soñaré por más tiempo,
para que yo me vaya quedando ahí,
para que te vaya dibujando aquí.
Como si fueran cucharadas de arena,
te traeré de los sueños a mi cuarto,
para construir un espejo con tu mirada,
para reparar luciérnagas sin baterías.
Es extraordinaria la felicidad que causa una ilusión,
pero que se convierta en realidad parece ambición.
Soñarte a mi lado, tomando vino en un jardín,
es más real que el primer beso, que el primer desamor.
De todos los mundos paralelos posibles
me tocó vivir en el que muero por ti,
de todos los siglos donde pude nacer,
llegué una década antes que tú,
con el tiempo suficiente para poderte encontrar,
con mil razones para nunca poderte olvidar.
Esa pequeña curva donde se duermen mis ojos,
donde se detiene el tiempo y el universo,
suenan melodías que adormecen al corazón.
Esa pequeña curva me hace sentir que nada puede ser mejor,
porque es tu sonrisa el lugar donde todo comenzó.