Me comería tus Ojos

Tengo Hambre. Tengo Hambre
De que me miren tus Ojos.
Y Tus Ojos no me miran.
Lo miran, lo miran todo.
Tan sólo a mí no me miran.
Y voy a volverme Loco.
Puse en tus Ojos mi Gozo.
Y sólo, sólo por Ellos
Diera mi Vida tan sólo,
Pues todo en mi Vida, todo,
Gira en torno de Tus Ojos.
Tengo Hambre. Tengo Hambre.
De que me miren tus Ojos
Fijamente, cara a cara.
Y mira lo que te digo:
Si comérmelos dejaras
Me comería Tus Ojos
Para que fueran más míos.
Tan míos que hiciera de ellos
Entrañas de mis entrañas.
Mas, ¡ay!, si me los comiera
Yo seguiría con Hambre.
Tú Ciega te quedarías.
¡Qué extraña forma de amarte
Que el amarte así sería!.
Mas Ciega y todo, tu Cara,
Deslumbrando de Belleza
Seguiría., seguiría.
Y todos te mirarían
Cuando a su lado pasaras,
Solemne, como una Reina.
Si Dos Soles son Tus Ojos
Y Tus Ojos te arrancara
De alumbrarte dejarían
La Belleza de Tu Cara:
Tus Días se harían Noches.
Noches se harían tus Días.
Pero no llores. No llores.
No llores Tú, Vida Mía,
Porque millones de Estrellas
Desde El Cielo bajarían
A iluminarte Tu Cara
Con su encendida Sonrisa.
Y esa Sonrisa radiante
Tu Cara la irradiaría
Haciéndotela aún Más Bella:
¡Aún Más Bella y Deslumbrante
Todavía!.
Triste es que Tú no te vieras,
Mas como Yo te vería
Me pasaría la Vida
Mirándome en Tu Belleza,
Gozando de tu Sonrisa,
Y diciéndote al oído,
Muy bajito, muy bajito,
Con Voz dulce y persuasiva,
Que Tú sólo oír pudieras,
Lo Bonita,
Lo Bonita que Tú eras
Y aún lo eres más todavía.
Y que vas a seguir siéndolo
Hasta el final de tus días,
Que en tu Cara la Belleza
Quiso levantarse un Templo
Y ni en sus propias ruinas
Deja un Templo de ser Bello.
Que lo Bello es siempre Eterno,
Como tu Vida y la mía
Y como este Amor inmenso
Que da sentido a mi Vida
De tanto como lo siento.