Amor iracundo,
plegaria de un amor innombrable,
el día que te vallas de este mundo,
tus poesías serán imborrables.
A ti, a quién siempre admiraron,
por tus versos y antologías memorables,
a vos, que el saludo declinaron,
¿Fue usted juez o fue usted parte?
Sus pasiones a mi alma deslumbraron,
mi soledad se la llevó a ninguna parte,
su miedo y su dolor crucificaron,
a un tintero con su tinta y su arte.
Por que yo, que sé quién eres, la tinta de su pluma he venerado,
dagas puntiagudas, sables y alfileres,
a tu corazón de bohemio siempre he clavado
J.M.P.Poeta
21-11-06