Sus manos
apretaban las suyas
con gran fuerza,
sus ojos
se clavaron en los suyos
sin piedad..
como fiera se abalanzó
sobre su presa
pretendiendo acalorar
su frialdad.
Ella supo enseguida
que la herida infringida
no sanaba todavía.
Él la amaba con ternura
o tal vez era locura?.
Más el luto en el
alma y el frío en el corazón
no son fácil de obviar.
La pasión ...
la sonrisa...
el abrazo...
el respeto...
el perdón...
el inmenso amor,
hacía tiempo terminó.
Sus manos
frías como su alma,
sus ojos
inertes, sin vida;
no mostraban emoción...
era el hombre de su vida...
o tal vez no.
Fue el frío,
la soledad,
o fue la espera...
la que secó sus huesos.
No creía en ese amor...
o tal vez sí.
Esa imagen era extraña,
un volcán transmutado
en un iceberg;
unos ojos bondadosos,
en dos diamantes;
unas manos amorosas,
en figuras de cristal;
una boca cariñosa,
en un lingote de metal.
El reto estaba claro,
debía recordarle
cómo era antes del final...
ella ya no recordaba
no sabía cómo amarle...
Podría él salvar
a la princesa del castillo?...
Podría él matar al
dragón del olvido?...
Podría él limpiar la sal
que su alma,
sus recuerdos
y su amor
habían corroido?...
Sus manos
apretaban las suyas,
con ansias locas...
el amor era tan fuerte
como el chorro de la fuente...
-era fuerte o tan corriente?-
ella inerte...
su alma indiferente...
no hay amor,
mejor que ni lo intente.