Una vez alguien me dijo: “¿Cuánto puede valer tu vida?”, yo sin titubear le respondí: “Nada, porque ya no existo”. Él me quedo mirando y con cara de extrañeza me replico: “¿Y si no existes?, porque ella esta a tu lado con ese bebe en sus brazos”.
Callé por un instante, pero luego volvió a mi el habla y al no poder razonar bien, salió de mi boca: “Aquel soy yo y ella es el ser que me dio la vida”, y al instante salte muy agitado de mi cama. Todo había sido un mal sueño. Ella dormía a mi lado. La bese fuertemente y luego volviendo a mi posición mire el cielo de mi habitación, sentí como se levantaba para ponerse junto a mi, hasta que la vi.
Estaba con su cabello suelto y un poco alborotado, me miraba fijamente. Luego me abrazo con tal fuerza que no pude resistir, por lo que sintiendo un impulso abrumador y sin explicación alguna, la abrase.
Al tiempo nos volvimos a ver los rostros, deslizo su mano por mi mejilla y me pregunto el porque de mis lagrimas, yo sin nada que responder la mire y luego le susurre al oído: “Te amo…”, para que ella me dijera de forma inmediata: “Yo también…”
…A veces hay personas que te pueden enseñar cuan valioso puedes llegar a ser para otros y te sacan de ese pesar que llevas en tu interior.