Enero es la brasa prometida,
cumple su papel impiadoso cada año,
fuego, calor, lluvia
ni la sombra del nogal
le hace cosquillas.
El nogal se esmera
en expandir sus ramas,
dar el fresco,
plantarse ante el fuego y los recuerdos.
Sentado a su sombra,
me remonto a mis otoños,
que me dicen de tus besos,
de caricias, consumidas,
por la sed de nuestros cuerpos,
y es Verano amor,
mientras vives perpetuada
en un Abril,
un día nuestro.
Si el calor de este Enero
te retorna a mi lado,
dándome la sensación de tu figura,
que se diluye ante el sol abrazador,
y te cobijo con mis brazos,
tratando ser el fresco refúgio,
del nogal en otros años,
¿Volveras? no lo sé,
pero este hoy tan caluroso,
me devuelve a mi estación del ocre,
residéncia permanente donde vivo.
Soledades y locuras,
verbos conjugados a solas,
mil recuerdos,lagrimas, dolor,
y a pesar del calor,
siento frio,mucho frio,
dejando a mi interior batallar,
con tu recuerdo,
no lo dudo la sombra del nogal
me lo confirma,
sin vos estoy viviendo,
el Otoño más sombrío de mi vida.
avelino
18/01/2009
13:15hs 31ºc
Córdoba R.A
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!