Me marcharé al desierto

Me marcharé al desierto donde moras,
lejos del mundo y del bullicio impío
y yo seré de Ti, Tú serás mío
y en oración transcurrirán mis horas.
Quiero sentir tus llagas redentoras
tan cálidas lo mismo que el estío,
en medio de mi pecho que sombrío
reclama la bondad que me demoras.
Todo el que está con Dios nunca está menos
solo que cuando está en sus soledades,
pues dueño de su entorno en los serenos
momentos goza ya de sus bondades
y todos sus anhelos quedan plenos
de gracia y de sabor a eternidades.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC