Te fuiste aquella tarde

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Te fuiste aquella tarde, en la sombra de un día
dejando un gran silencio y perfume de amor.
Se escucha en la pradera y en la casa vacía
la brisa de la tarde meciendo tu sillón.
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Recuerdo bien la fecha que dejaste tu nido
en una tarde hermosa de nubes que se van
Porque, mirando bien, morir es tan sencillo
como tender mi mano para picar el pan.
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No importa ya el espejo ni tu recuerdo ausente
ni: musgos y hiedras pudriendo la pared.
Mas importa la vida que vivimos de frente
y el agua de la fuente que calmó nuestra sed.
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Todo queda en su puesto, no hay otra manera.
Sólo viejos recuerdos si escuchas una canción.
Aunque la vida es corta, es como la primavera,
que va dejando raíces dentro del corazón.
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Sólo quedan recuerdos, que amargan los días
Al igúal que el otoño destroza el jardín,
vendrán muchas noches y también otros días,
porque hay cosas que mueren, pero no tienen fin.
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Autor.Pedro Santiago