Penas como Espinas

1
¡Ay qué larga es la espina
Que me apuñala!
Que va ahondando en mis carnes.,
Que va ahondando en mis carnes
Y de salir no acaba.
Que va ahondando en mis carnes
Y me desgarra.
Que va ahondando en mis carnes
Y me desangra.
¡Ay qué larga es la espina
Que me apuñala! 2
¡Ay qué mala es mi pena!
A mi pena otra pena no iguala,
Porque es de esas penas que nunca se mueren
Y que nunca matan.
Porque es una pena
Que yo no quisiera que se me quitara.
Porque es una pena que todos los días,
Cual si una Flor fuera,
Riego con mis lágrimas,
Para que más viva,
Para que no muera.
Pero ¡ay!, ¿hasta cuando
Viviré esta pena
Que me está matando;
Que, dándole vida,
Muerte me está dando?
Quiero llorar mucho,
A ver si mis lágrimas
Apagan el Fuego
Que arde en mis entrañas.
Y hecho pavesas vuela por los aires
Este Dolor inmenso,
Candente como un Ascua. 3
Tal vez llevo al Infierno metido
Dentro de mi Alma,
Y, por eso, me estoy abrasando
En un Fuego que nunca se apaga.
Mas de Gloria este Infierno,
Se viste y disfraza.
Y me hace quererlo,
Pese a que me engaña.
¡Cuánto, cuánto tienes
Amor de Misterio
Para los que aman
Con Amor tan ciego!.
Por eso, por eso,
Cuántas, cuántas veces
Amor sabe a Gloria.
Y cuántas a Infierno.
Cuando no a ambas cosas
Sabe al mismo tiempo.