escuchando crecer la hierba

del campanario sordo y mudo
envuelto en un algodón de nubes,
ya su cuerda no baja no sube
y solo muestra sus viejos nudos.
escuchando crecer la hierba,
el tren pasea su locomotora
con su silbato a la misma hora
sobre railes que la pasean de sierva.
la corderas saben que el diablo
al caer el sol en el horizonte,
los chicos y chicas polizontes
se reúnen en acogedor establo.
un cigarro y se apagan la farolas
el pastor recogió,ya, la ovejas
mientras el tren la aldea deja
y conmigo llevo la sutil animadora.
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