La Eternidad de cada día.

Sufro por el Ayer. Me inquieta el Hoy.
Me atormenta el Mañana.
El Tiempo es una Cárcel
Y Yo su Preso soy,
Aunque cambie de Celda a cada instante
Y en la que estuve y estaré, no estoy.
Enséñame a vivir,
Señor, la Eternidad,
Que de Ti fluye y se remansa en Ti
Y en Ti se hará, al morirme, realidad.
Porque Tú en Cada Día
Presente estás.
Presente en el Ayer
Y presente en el Hoy y en el Mañana.
Todo en el Mundo pasa,
Mas Lo Tuyo es, Señor, permanecer.
Para Ti Cada Día se prolonga
En un inacabable Todavía.
En un Siempre que, siempre,
Haciéndose Presente siempre está,
Al paso interminable de las Horas.,
Al paso inacabable de los días.
Que esa es la Eternidad
Del que ha perdido ya toda Impaciencia
Porque el Dios que esperaba, llegó ya.
Y tras arrebatárselo a La Tierra
Dejó su Cuerpo en Ella
Y al Cielo se llevó su Alma Inmortal.