Cuando se escucha la bocina ligera de tu voz,
Se van quemando los espectros que me cubren,
Se pierden sentidos y emociones, pero solo escucho
tu voz,
Quedo azorado, quedo sin respuestas ante lo
cotidiano.
Suena y suena tu voz como eco manantial,
Me dejas mirando las estrellas con solo oírte,
Eres el grito de la estepa, y la flora de las
vocales en tus labios,
El sacrificio de querer adueñarme de tu boca.
Si tu voz cayera como lluvia,
Dejaría empaparme sobre los fríos besos de
invierno,
Y nadar sin nada entre mis manos.