En tu vientre reclinado besándolo y
poco a poco voy explorando tu cuerpo,
deseo poder sentirme como un buzo, en las profundidades de tus abismos,
mis ojos contemplan tan bella,
estampa iluminada en su linterna.
Siento como el agua se desliza por,
la salida de tu mar vaginal oculto,
abres tu entrepierna, separas todo,
lo más que puedes las piernas y
dejas entre ver la puerta de entrada, vaginal de tu sexo ansiado por mi pasión.
Me bajo a los confines de tu sexo,
la más bella maravilla de los mares,
por donde das salida libre a tu,
manantial de aguas jugosas aun, desconocidas por mis ojos y
sin temor de poder ser devorado por, ellas o por cualquiera otras tempestades,
vaginales de tu sexo en el olvido.
Su deseo aumenta cada segundo más, ella piensa que tal vez yo no lo desee, tanto como ella el poderla poseer y
hacerla el amor, mientras ella espera, en silencio con suaves gemidos, la entrada de mi virilidad dentro de, su ser hasta lo más profundo de,
tu oscura gruta por donde no te,
dejan de salir selectos néctares.