Tarde fue,darme cuenta de tu desamor,
he dado tantos años,un salto al vacío.
El reloj de la vida se agota día a día,
la transparencia del amor,se ha ido.
Aún recuerdo, hace más de un cuarto de siglo,
pude pensar: cómo no aceptar el desafío,
creer que se puede amar,y ser correspondido
con la misma intensidad,¡que ironía!.
Esta noche, invoqué tu pasión y lujuria,
tomabas mi cuerpo vestido de diosa humana.
Así me sentía, entre gemidos de placer,
en las notas de amor de una guitarra.
Embriagabas mi cuerpo enamorado,con tus manos,
Cada noche, por oscura, bajo la luz de la luna,
disfrutábamos de este amor ardiente,enlazados
en el reflejo de una mirada y su ternura.
Tarde fue, ¡Qué ironía! Darme cuenta que los años,
se llevan el amor, las caricias y la pasión.
Aún en el silencio de la noche, te siento,
besando mi cuerpo, con el mismo sentimiento.
Tarde fue, ¡que ironía!, el reloj de la vida
se ha agotado, sin avisarme, sin prepararme.
El cabello se ha puesto blanco, y aún palpita
tus labios en los míos, como el primer día.