Villanos de traje cruzado.
Ignorantes trepadores.
Teneis coches de mil caballos,
Mas muy pocos espolones.
Humillados por el Alto Mando
Mandais en una cuadrilla,
Dejando claro de tanto en cuando,
Que manda quien mas chilla.
Jugais a sentiros empresa
Tratando como siemple mano de obra,
Pero no os pasa por la cabeza
Que para mi, sois quienes sobran.
Almas endurecidas por repetir
Las consignas oficiales:
“al pobre se ha de exprimir,
-el que no dé beneficio, a la calle”.
Son palabras que no os suenan:
Generosidad, Misericordia, Piedad,
Señorio, Elgancia, Solidaridad.
Os acordais de la Santa cuando truena.
Sois consumados artistas
Del juego de la pelota
Regalando al Jefe unas botas,
Contando un chiste con chispa.
No se os olvide el domingo
Ir a misa y comulgar.
Teneis tan buen corazón,
Que confesión va a sobrar.
Gañanes de terciopelo,
Tendreis virtudes ocultas,
Pero a la hora de la verdad,
Creo que os daran p’al pelo.
Confiados, muy seguros de vosotros.
Displicentes, de mirada prepotente.
Admitís mal la crítica. Orgullosos,
Ignorando a los más débiles.
Desprecias al prójimo: “capullo”,
¡si estás por debajo del escalafón¡.
Confundis dignidad con orgullo.
Tenis en la cabeza un gran follón.
Llamais “mocho” a quien sirvió
De mucho. Olvidais con presteza.
Las humillaciones se pagan.
Antes o despues, tener certeza.