derrotero para derrotas

Mis tristezas
Se resbalan roncas por mi catrera
Cuando el día
Empieza a boquear.
Una mueca torpe
En do menor afina
La cuerda de mis ganas
De tirar todo al carajo.
Me queda tu paisaje
Echo tiras, deshilachado
En la penumbra incomoda
De los besos marchitos.
Este dolor de piedra
Cae sobre mí como un planeta
Y nadie viene
Con el hacha del olvido
A partirlo.
Tu mano sempiterna
Allá distante saluda
Al opaco resplandor
De unos ojos efímeros.
Me esfumo en los rebotes
De este sol borracho
Rogando que una sombra
Se apiade de mis dudas.
Hay fantasmas cancheros
Que fuman en el baño de mi desolación
Mientras las señales de humo
Quedan tecleando en tus abismos.
Puedo entrar
A la desesperanza
Con los zapatos recién lustrados
Por los noticiosos de tu partida.
Nadie me dice que tengo los ojos
Ciegos en la oscuridad,
Cuando veo el perdido tesoro
De las almas desangeladas.
Hay una tempestad
Que me esta golpeando la puerta.
Y quiero escapar en cualquier bondi
De esta locura impermeable.
Quiero salvarme de la guadaña
De esta parca maloliente
En cualquier alcantarilla
Que un lacra recuerdo se pire.
Y con toda la mierda que amontonamos
Nos basta y sobra,
Para que alguien ponga una bomba
En el detonador de mis confesiones.
Hoy ando un poco desabrigado
En el frío de quedarme callado sin voz,
Tanto que la amargura clava los aguijones
En la noche del corazón.
Mis penas no se arrodillan
Ante la gruta de la amnesia.
Tengo un humor pésimo
Si me obligan a reírme del dolor.
Disculpen esta manía de contar
Mis zozobras en voz alta,
No me recupero fácil
Del malestar de estar mal.
Algunas corduras armaron
El mono con pronta decisión
Un orate suelto en mis delirios
Me tomo de rehén.
La memoria de alto calibre
Te dispara a quemarropa
Cuando más amigo te queres hacer
De un olvido huraño.
Oirás que la campanas de la libertad
Suenan tan despacio
Que no te darán tiempo
Para salir corriendo de este agujero.
Gris de tan lejano
Se desmayó mi consuelo de cotillón
Pude haber dicho cosas
Que se dejaron estar.
Voy a estar esperándote siempre
Con la muerte en la nuca,
Haciendo espacio en esta soledad
Apretada para mi derrota,
Trastabilló mi sentimiento más rebelde
En una esquina de la ley
Ahora junto los kilómetros en un bolso
Que pienso no llevar,
Todos estos días
Que se fueron quedando sin aire, me dicen
Que al final mis acrobacias para zafar
Tienen atados los pies.
Lagrimas de un otoño resaqueado
Que bendijeron mi torpeza,
Noches de mendigar lunas
Que se pegaron un tiro en la sien.
El olor de la ilusión más malcriada
Huele a tus besos en nicotina,
Ahí esta mi corazón
Con cara de perro de pocas pulgas.
Hundiendo el dedo en la llaga
De un porvenir poco serio,
Yo soy el último en la fila
De los que no pueden reírse más.
Hice todo mal
Para vender mi desconfianza a este mundo,
Desterrar la angustia con una cuchara
No es tarea sencilla mi amor.
El futuro de mis huesos
Se rifa en un callejón de malos licores
Soy campeón con mayúscula
En esto de estropear el romance nuevo.
Aunque me tenga cortito
Se me sale la cadena en dos vinos
Últimamente desaprendí
El mandato de andar prolijo.
Si ahora escribo
Es por que las tristezas más fuleras
Bandoleán con cara de pocas amigas,
Pungueando mi regodeo.
Días putos
Que dejan pasar la mierda por mi ventana
Me dan arcadas
Los besos marchitos que no pude desvalijarte,
Me daría
Una piña en la razón de no verme amurado,
Pasa que a veces las palpitaciones del bobo
Arrancan con batucadas.
Este amor devaluado
De medio peso Estornuda con hocico afiebrado,
Alguna herida poco suntuosa.
De a ratos
Me trepo al cerro
Que acopie en mis malos pasos
Cuando caminar era clandestino.
Hoy
Leo el diario de mi asombro
En unas hojas cansadas
De soslayar el aburrimiento.
En un cuenco
De la tierra prometida
Se quedó atascada mi locura,
De ver plantas to legal pa´ mí.
Se arruga
El cielo de los muertos
En este lapso quirúrgico
De codicia bien rentada.
Me vengo olvidando
De mi infancia en un reloj tartamudo.
En las ruinas de un poeta
Quise fundar mi imperio de quimeras.
Era caricaturesco
Mojarme en palabras ignaras
Para mi jerigonza
De calle adentro.
Hice de todo
Por temblar en un verso
Que no me dejara a gamba.
En esta tierra sin cartel.
Me mordieron la ternura
En una perfidia que sigo mancando.
No me termino de convencer
De las penurias que elogian mis sobras.
Los pelotudos de siempre
Te cagan la mesa recién servida.
Yo daré mi cansancio
Para desarmar telarañas que besan miedos.
Tu dolor con paciencia
Será un recuerdo de plástico.
Surgirán de mi desidia
Calabozos húmedos que vendrás a visitar.
Cuando te metas en mi culpa
Habrá un vaso para que lo seques.
Me esmere por ampararte del desencanto
Que propone la entelequia.
Cualquier borracho que invento
Se pierde en mis calles mal trazadas
Me desgarraré en cada abatida alba
En que el sol se cuelgue.
Caeré aturdido en todos los silencios
De cada atardecer gritón.
Me llevare a marzo la porfiada sensación De verte sumisa a mí.
Añorando los placeres
Que experimentaba en tus cumbres.
Arrogante en mi andanza
De balancearme hasta tu olvido.
Me quede con las tucas mal prendidas
De este amor chalado.
Ojala al despertar una mañana
Me vea como un niño bien.
Sin que se tuerzan
Mis ilusiones de contrabando en un cheque sin fondo.
Elegir mi pista en un bóxer atípico
Para los choques de ocasión.
Mudarme al último tsunami
De esta vacación que me sedujo,
Ahora que puedo contarme la pena
Que me dio la catástrofe.
Pulí mi dolor de piedra
En un angustioso anhelo de tus ojos
Para que miren
Como me quedo abrazando a esta tristeza ronca.